lunes, 28 de octubre de 2013

reacciones en adultos y ancianos en emergencias y desastres


REACCIONES DE ADULTOS Y ANCIANOS EN EMERGENCIAS Y DESASTRES



LAS PERSONAS MAYORES Y SUS RESPUESTAS

Privación sensorial
  • Los sentidos de las personas de edad - el olfato, el tacto, la vista y la audición - pueden ser menos agudos que en la población general; una pérdida de audición puede causar que una persona mayor no oiga lo que se dice en un ambiente ruidoso, o un sentido del olfato disminuido puede implicar que él o ella esté más expuesto a comer alimentos en estado de descomposición.
Síndrome de retardo en la respuesta
  • Las personas de edad no pueden reaccionar a una situación tan rápido como las personas más jóvenes. En los desastres, esto significa que los Centros de Solicitud de Socorro tengan que permanecer abiertos más tiempo si no han aparecido personas de edad; también significa que estas personas no son capaces de solicitar prestaciones dentro de determinados plazos.
Diferencias generacionales
  • Según cuando hayan nacido, los individuos comparten valores y expectativas dispares, esto cobra importancia en el marco de la prestación de servicios, ya que lo que es aceptable para una persona de 80 años quizá no sea aceptable para una de 65.
Enfermedades crónicas y empleo de medicamentos
  • Una proporción más grande de las personas mayores tiene enfermedades crónicas. Esto puede impedir que una persona mayor se forme en una fila para obtener ayuda post-desastre. Los medicamentos pueden causar confusión en una persona mayor o una mayor sensibilidad a problemas tales como la deshidratación. Estos y otros problemas similares pueden aumentar las dificultades al obtener asistencia.
Trastornos de la memoria
  • Los factores ambientales o las enfermedades crónicas pueden afectar la capacidad de las personas de edad para recordar la información o para actuar apropiadamente dentro de los programas de urgencia.
Traumas relacionados con el traslado
  • Las personas frágiles de edad avanzada a las que se traslada sin usar procedimientos adecuados pueden padecer enfermedades y hasta la muerte.
Efecto de las pérdidas múltiples
  • Muchas personas de edad avanzada han perdido a su cónyuge, sus ingresos, su casa o su capacidad física; para algunas, estas pérdidas se complican. Los desastres a veces atestan el último golpe, que hace que la recuperación sea en particular difícil para ellas; también puede reflejarse en un apego inapropiado a pertenencias específicas.

Vulnerabilidad a la hiper/hipotermia
  • Las personas de edad avanzada suelen ser mucho más susceptible a los efectos del calor o el frió. Esto se torna más crítico en los desastres cuando no se cuenta con calefacción y aires acondicionados o no se pueden reparar.
Victimización por parte de criminales
  • Las personas seniles son blanco de los estafadores, en particular después de un desastre; también pueden ser objeto de vandalismo. Estos temas se tienen que abordar en los refugios y al hacer arreglos para la vivienda.
Desconocimiento de la burocracia
  • Las personas de edad avanzada a menudo no han tenido ninguna experiencia con un sistema burocrático. Esto es en especial válido para las mujeres mayores que tenían un cónyuge que se ocupaba de estas tareas.
Alfabetismo
  • Muchas personas ancianas tienen niveles de educación más bajos que los de la población general. Esto puede plantear dificultades al llenar solicitudes o comprender instrucciones.
Barreras lingüísticas y culturales
  • Es posible que las personas de edad tengan un dominio limitado, por ejemplo, del idioma inglés en EUA o vean disminuida su capacidad para comprender instrucciones por la situación estresante. El fracaso resultante en la comunicación podría con facilidad complicarse aún más por la presencia de las figuras de autoridad, como los oficiales de policía, lo cual aumentaría la aprensión y confusión en la mente de la persona mayor. Muchos ancianos hablan un idioma que no es el suyo, y es crítico ser sensible a las diferencias lingüísticas y culturales; esto podría originar que las personas de edad avanzada en esta categoría necesitarán ayuda especial para solicitar prestaciones como damnificados.
Deficiencia o limitación del movimiento
  • Las personas de edad a veces no son capaces de usar automóviles o no tienen acceso a transporte privado o público. Esto puede limitar la oportunidad de ir al Centro de Solicitud de Socorro, obtener productos o agua, o mudarse cuando lo necesiten. Las personas mayores es probable que tengan deficiencias físicas que limiten sus movimientos.
Estigma del bienestar social
Muchas personas de edad avanzada no usan los servicios que tienen la connotación de “bienestar social”. Estas personas a menudo necesitan estar convencidas de que los servicios de socorro se les ofrecen como un servicio del gobierno. Los ancianos necesitan saber que recibir asistencia no va a privar a otra persona más afectada de recibir ayuda.







































REACCIONES DEL TRAUMA

  • Más recuerdos del pasado y los amigos o de otras épocas.

  • La persona puede entrar y salir de un estado de desorientación.

  • Puede incrementar su dependencia a los amigos actuales o familiares.

  • Necesita integrar los cambios posteriores al desastre, al contexto de la vida.

  • Se desorienta al interrumpirse la rutina. Sensación de aislamiento en función del lugar y el tiempo después de la reubicación.

  • La respuesta inmediata después del desastre es principalmente de temor, seguida de ira y frustración si las condiciones de vida o del ambiente, o ambas, son poco familiares.

  • Las respuestas fisiológicas comprenden trastornos del sueño y de alimentación, además de accesos de desesperación.

  • Sensación de un futuro abreviado y de buscar seguridad al refugiarse en el pasado o la fantasía.


 PARA REFORZAR ALGUNAS ESTRATEGIAS DE RESOLUCIÓN DE CRISIS EN LOS ANCIANOS
 PARA REFORZAR ALGUNAS ESTRATEGIAS DE RESOLUCIÓN DE CRISIS EN LOS ANCIANOS
  • Reconstruya y reafirme los nexos y las relaciones. Las relaciones son la conexión con la vida; empero, deje al anciano decidir con quién desea juntarse, no suponga que las relaciones familiares son amistosas. Se necesita cercanía afectiva y física.

  • Pregúnteles sobre sus inquietudes respecto de la seguridad. Las personas mayores necesitan saber que tienen opciones, al elegir una alternativa acerca de su seguridad. La evacuación es un tema sumamente polémico en el desastre; los ancianos quizá estén más seguros durante las evacuaciones si permanecen en sus casas, si esto es posible.
  • Es importante conversar con los ancianos acerca del efecto del desastre. Recuerde que pueden tratar de dilucidar su vida y no el suceso que acaba de ocurrir, no evite esa ventilación. Validar las inquietudes pasadas es una parte importante de ganarse la confianza y prepararse para tratar los problemas actuales.
  • Los consejeros de salud mental deben comprender las lagunas en la comunicación, en las cuales las personas mayores van y vienen entre el pasado y el presente. En la conversación del anciano se pueden confundir eventos o relaciones pasadas en función de realidades presentes. Cabe recordar que la discusión puede ser enteramente racional y lógica desde el punto de vista del anciano.
  • Si una persona mayor se olvida de un nombre, lugar o parte de un suceso, el consejero debe tomar precauciones cuidadosas para evitar presionar a la persona para que recuerde. Casi siempre, el anciano se acordará, pero la presión inhibe la memoria.
  • Los consejeros deben estar preparados para que los ancianos hablen de manera esporádica del evento, dedicando breves intervalos de tiempo a concentrarse en los detalles concretos de la situación post-desastre.
  • Los consejeros deben ser conscientes de que un anciano de una minoría puede tener diferentes tradiciones y antecedentes culturales; esto influirá en su “visión del mundo”, en especial por la opinión que tenga acerca de los servicios y los organismos públicos de socorro. Los servicios prestados a los grupos dominantes no tienen que ser apropiados forzosamente a cada minoría. Por ejemplo, las diferencias que los afroestadounidenses muestran al resolver la crisis y adaptarse pueden, en realidad, ser diferencias de estilo y expresión. Otro ejemplo puede ser el hecho de que los ancianos estadounidenses de origen asiático subutilizan los servicios formales a su alcance; la falta de dominio del inglés parece impedirles pedir servicios fuera de sus comunidades étnicas.
  • Los ancianos quieren tener información objetiva, pero asimilan los hechos poco a poco y, por tanto, piden que se les repita la información varias veces. Con el tiempo, habrán integrado la información, ello les dará un mejor control del evento mismo.

  • A los ancianos se les debe dar descripciones a corto plazo de lo que les sucederá de manera inmediata después del desastre. Es necesario aclararles los horarios y lugares específicos de los eventos; también ayuda el esbozar los sucesos en un calendario o reloj para que puedan seguir de manera más fácil lo que pasará en el futuro. Los consejeros tienen que pasar tiempo entrando en los detalles de las necesidades básicas: quién ayudará a la persona mayor; dónde permanecerá durante la noche; dónde conseguirá ropa; qué pertenencias puede rescatar.

  • Hay que establecer las rutinas lo más pronto posible, es incluso preferible reiniciar rutinas antiguas. Las rutinas son el ancla en el proceso de envejecimiento.

  • Es preciso asegurar al anciano que la falta de concentración, la pérdida de la memoria, las dolencias físicas, la depresión y cosas por el estilo son reacciones normales a la tragedia y al desastre.

  • Hay que hacer hincapié en apoyar la confianza y la dignidad de la persona mayor, en todas las actividades posteriores al desastre que se necesiten para devolverla a su hogar.
 ¿Quién es más vulnerable durante una catástrofe?
Algunos factores que pueden incrementar el riesgo de enfermedad en adultos mayores frente a una catástrofe:
  • Problemas de visión o audición contribuyen a la ocurrencia de lesiones en entornos desconocidos o al intentar sortear peligros.
  • Discapacidades físicas y limitaciones en la movilidad (como el uso de una silla de ruedas) pueden causar tardanzas o evitar una evacuación de emergencia.
  • Corte eléctrico. Los adultos mayores son vulnerables a la hipotermia (temperatura corporal por debajo de lo normal) e hipertermia (fiebre excepcionalmente alta) frente a temperaturas extremas. Un corte del suministro eléctrico no permite el funcionamiento del equipamiento médico necesario, como nebulizadores u oxigenoterapia.
  • Imposibilidad de acceder a los medicamentos prescriptos o tratamientos, como diálisis y quimioterapia.
  • La ausencia de miembros de su familia u otras personas de apoyo en su casa.
  • Barreras para recibir ayuda financiera en catástrofes, por ejemplo procedimientos complejos y renuencia a pedir ayuda.
  • Una mudanza forzada puede causar estrés grave en mayores frágiles, acelerando su deterioro o muerte.

Reacciones no patológicas ante eventos traumáticos en personas adultas

Ante una situación anormal - como los desastres - ciertos sentimientos y reacciones son frecuentes. Puede ser que algunas de esas emociones no se hayan experimentado anteriormente, cada persona es diferente y puede responder de distinta manera en ciertos momentos.
También es claro que la exposición a eventos traumáticos debe producir un mayor nivel de tensión y angustia en las personas, así como que el recuerdo de lo sucedido será parte de la vida de las víctimas y no se borrará de su memoria. Pero se ha demostrado que sólo algunos sujetos experimentarán problemas más serios o duraderos que podrán calificarse como psicopatología. La gran mayoría no sufre en ese momento de ninguna enfermedad mental, sólo están experimentando reacciones esperadas ante un suceso vital significativo.
Sin embargo, las respuestas institucionales más frecuentes están basadas en la atención psiquiátrica individual y sirven sólo a un número muy reducido de las personas afectadas. Se ha demostrado que si existe una rápida y adecuada intervención psicosocial estas reacciones pueden disminuir y los sujetos volver al funcionamiento normal.












sábado, 19 de octubre de 2013

REACCIONES DE LOS NIÑOS Y ADOLESCENTES EN SITUACIONES DE DESASTRES

 La vivencia de crisis traumáticas por niños y adolescentes 

  Aunque  tradicionalmente se  ha  considerado  que  los  niños  tienen  una  gran capacidad de adaptación, los estudios e investigaciones realizadas sobre las reacciones de  los niños a desastres nos señalan los siguientes hechos: 

 Los  niños  muestran  unas  reacciones  emocionales  intensas  tras  el  desastre, pudiendo ser la sintomatología más grave incluso que la de los adultos.  

 La sintomatología que muestran los niños afectados por desastres causados por el hombre (como  guerras  y  atentados terroristas)  es más  intensa que  la que muestran los niños afectados por desastres naturales. 

 La totalidad o la mayoría de estos síntomas desaparecen con el paso del tiempo conforme  el  niño  va  consiguiendo  reajustarse  a  la  nueva  situación.  La permanencia de los síntomas es señal de alarma y debe llevar a una intervención terapéutica en el ámbito de la salud mental, puesto que algunos pueden llegar a desarrollar  trastornos  psicológicos,  fundamentalmente  trastorno  por  estrés postraumático. 

 La respuesta de los niños a desastres naturales depende de muchas variables.Algunos de los factores que más influyen son: el grado de exposición al desastre, el  daño  personal sufrido,  la  edad  y  nivel  de  desarrollo  del  niño,  los sucesos traumáticos anteriores o la existencia de protección por parte de los padres. 

 Los padres no son siempre conscientes del impacto negativo de los desastres en sus los hijos ya que tienden a informar de menos síntomas que si se les pregunta a los niños. 

  Las reacciones de los niños tras el desastre son consecuencias lógicas de la crisis traumática  vivida,  lo  que  incluye  el  miedo  y  sobresalto  fácil,  la  irritabilidad,  los problemas de atención o los relativos al sueño. El hecho de sufrir una situación de crisis traumática genera una respuesta de estrés que se debe entender como normal lo que no es habitual es que este tipo de conductas permanezcan en el tiempo generando un trastorno desadaptativo.


Factores de riesgo que aumentan el estrés postraumático  

La  pérdida  de seres  queridos,  la  proximidad  y  exposición  a  los  efectos  de  la catástrofe y el impacto prolongado en el funcionamiento familiar (Vogel y Vernberg, 1993) son factores que se asocian a una mayor probabilidad de presentar síntomas de estrés postraumático en los niños. García Renedo (2008) agrupa los factores que pueden provocar más riesgo de padecer un trastorno por estrés postraumático en diferentes 
categorías: 
a) Características del desastre: 

1. Muerte de un ser querido. 
2. Amenaza para la vida e impacto del desastre vivido. 
3. Exposición directa del niño al trauma. 
4. Pérdidas materiales (en particular la casa familiar). 

b) Características del niño y su contexto: 

1. Nivel de desarrollo y edad, género y cultura. 
2. Psicopatología preexistente. 
3. Nivel socioeconómico. 
4. La percepción que tienen los niños de las reacciones de sus seres 
queridos. 

c) Características postdesastre: 

La ayuda y apoyo socio comunitario recibido. 

Las  investigaciones realizadas  en relación  a  estos factores  establecen que  los niñosmuestran  una  mayor  sintomatología  de  trastorno  por  estrés  postraumático después  de  un  desastre si  perciben  una  fuerte  amenaza  para su  vida  o sus seres queridos, si se expone a escenas de destrucción y si muere algún ser querido. Los daños generados en la propiedad aumentan la probabilidad de sintomatología de trastorno
por estrés postraumático a corto plazo, pero no a largo plazo.  Con respecto a las características de los niños, a partir de los 10 años, las niñas informan de más síntomas internos que los niños, quizás por eso en las investigaciones las niñas muestren más sintomatología de trastorno por estrés postraumático. Del mismo modo, la mayoría de investigaciones apuntan a una mayor sintomatología de trastorno por estrés postraumático en los niños más mayores, quizás sea debido a que son más conscientes de los peligros y de las consecuencias del desastre para sus vidas

Cómo ayudar a los niños a lidiar con un desastre

Los desastres pueden dejar a los niños atemorizados, confusos e inseguros. Ya sea que el niño haya experimentado un trauma en persona, lo haya visto simplemente en la televisión o haya escuchado a adultos hablar del desastre, es importante que los padres y los maestros estén informados y listos para ayudar si comienzan a presentarse reacciones a la tensión emocional.
Los niños pueden responder a un desastre demostrando temor, tristeza o problemas de comportamiento. A veces, los más pequeños vuelven a hábitos de conducta que ya habían dejado atrás, como orinarse en la cama, tener problemas para dormir y mostrar angustia ante la separación. Los niños mayores pueden mostrar enojo, agresión, tener problemas escolares o encerrarse en sí mismos. Algunos niños que sólo tienen contacto indirecto con el desastre, pero que lo presencian por televisión también pueden quedar afectados.

¿Quién está en riesgo?

Para muchos niños, las reacciones ante el desastre son breves y representan actitudes normales hacia "sucesos anormales". Una cantidad menor de niños corren el riesgo de sufrir trastornos psicológicos más duraderos como función de tres factores principales de riesgo:
  • Exposición directa al desastres, como ser evacuado, observar heridas o la muerte de otras personas o experimentar una lesión, además de temer que su vida está en riesgo.
  • Pérdida y luto: Esto se relaciona con la muerte o lesiones graves de familiares o amigos.
  • Estrés constante provocado por los efectos secundarios del desastre, como vivir temporalmente en otro lugar, la pérdida de amigos y redes sociales, pérdida de bienes personales, desempleo de los padres y costos incurridos durante la recuperación para que la familia vuelva al estilo y condiciones de vida que llevaba antes del desastre.

¿Qué crea vulnerabilidades en los niños?

En la mayoría de los casos, y dependiendo de los factores de riesgo mencionados anteriormente, las respuestas preocupantes son temporales. En la ausencia de una amenaza grave a la vida, lesiones, pérdida de seres queridos o problemas secundarios como la pérdida de la casa, mudanzas, etc., los síntomas disminuyen generalmente con el tiempo. En el caso de quienes estuvieron directamente expuestos al desastre, todo lo que se lo recuerde, como los vientos fuertes, humo, cielos nublados, sirenas u otros recordatorios, puede provocar que vuelvan los sentimientos perturbadores. Tener antecedentes de algún tipo de suceso traumático o estrés severo puede contribuir a estos sentimientos.
La manera en que los niños reaccionan ante un desastre o una emergencia se relaciona estrechamente con la forma en que sus padres manejan la situación. Los niños perciben los temores y tristeza de los adultos. Los padres y adultos pueden hacer que los desastres resulten menos traumáticos para los niños si toman medidas para manejar sus propios sentimientos y elaboran planes para sobreponerse. Los padres son casi siempre la mejor fuente de apoyo para los niños después de un desastre. Una forma de establecer un sentido de control y crear confianza en los niños antes de un desastre es que participen y se interesen en la preparación del plan familiar para desastres. Después del desastre, los niños pueden colaborar en el plan familiar de recuperación.

Reacción de los niños ante un desastre, por edad

A continuación se enumeran las reacciones comunes en los niños luego de un desastre o acontecimiento traumático.
Del nacimiento a los 2 años. Cuando los niños todavía no saben hablar o apenas comienzan a expresarse y experimentan un trauma, no tienen palabras para describirel suceso o sus sentimientos. Sin embargo, conservan recuerdos de imágenes, sonidos u olores determinados. Los bebés pueden reaccionar ante el trauma mostrándose irritables, llorando más de lo acostumbrado o queriendo que los lleven en brazos y los mimen todo el tiempo. La mayor influencia en los niños de estaedad es la actitud de sus padres. Cuando los niños crecen, en sus juegos pueden representar elementos del suceso traumático que ocurrió varios años atrás y enapariencia había quedado en el olvido.
Preescolar—de 3 a 6 años. Los niños en edad preescolar a menudo se sienten indefensos e impotentes ante un suceso abrumador. Debido a su edad y tamañopequeño, carecen de la capacidad de protegerse a sí mismos o a los demás. Como resultado, sienten un gran temor e inseguridad respecto a quedar separados delas personas que los cuidan. Los pequeños en edad preescolar no comprenden el concepto de pérdida permanente. Para ellos, las consecuencias son reversibles opermanentes. En las semanas posteriores a un suceso traumático, los niños en edad preescolar recrean en sus juegos el incidente o desastre una y otra vez.
Edad escolar—de 7 a 10 años. El niño en edad escolar posee la capacidad de comprender la permanencia de la pérdida. Algunos niños se preocupan mucho porlos detalles de un suceso traumático y desean hablar constantemente de ellos. Esta preocupación puede afectar la concentración del niño en la escuela y provocar unabaja en su rendimiento académico. En la escuela, los niños pueden oír información imprecisa que comentan sus compañeros y exhibir una amplia gama de reacciones:tristeza, miedo generalizado o temores específicos de que el desastre vuelva a ocurrir, sentimientos de culpabilidad por haber actuado o no haber actuado durante eldesastre, enojo por que no se impidió el suceso o fantasías de ser héroes.
De la preadolescencia a la adolescencia—de 11 a 18 años. A medida que los niños van creciendo, adquieren una comprensión más compleja del desastre. Sus respuestasse parecen más a las de los adultos. Los adolescentes pueden comportarse de manera peligrosa o arriesgada, como conducir de manera imprudente o consumirbebidas alcohólicas o drogas. Otros se muestran temerosos de salir de casa y evitan actividades que antes realizaban. Buena parte de la adolescencia se centraen ubicarse en el mundo. Después de un trauma, la visión del mundo puede parecer más peligrosa e insegura. El adolescente se siente abrumado por emociones intensas, pero no puede hablar de ellas con los demás.

Atención de las necesidades emocionales del niño

El comportamiento, ideas y sentimientos de los adultos influyen en las reacciones de los niños. Los adultos deben alentar a los niños y adolescentes a compartirsus pensamientos y emociones respecto al incidente. Aclare los malos entendidos respecto al riesgo y el peligro; escuche las inquietudes de los niños y responda asus preguntas. Mantenga una sensación de calma y valide las preocupaciones y percepciones de los niños y hable con ellos sobre planes concretos para garantizarsu seguridad.
Escuche lo que le dice el niño. Si un niño pequeño hace preguntas sobre el suceso, responda con sencillez sin la elaboración necesaria para un niño mayor o un adulto.Algunos niños se tranquilizan al saber más o menos información que otros; decida qué nivel de información necesita su hijo en particular. Si el pequeño tiene dificultades para expresar sus sentimiento, permita que haga un dibujo o cuente una historia de lo que ocurrió.
Trate de comprender qué es lo que causa la angustia y el miedo. Recuerde que después de un desastre, lo que más temen los niños es que:
  • El suceso vuelva a ocurrir.
  • Alguien cercano a ellos muera o resulte herido.
  • Se queden solos o separados de la familia.

Tranquilizar a niños después de un desastre

Las siguientes sugerencias son para tranquilizar a los niños:
  • El contacto personal es tranquilizador. Abrace y acaricie a sus hijos.
  • Con calma, proporcióneles información objetiva sobre el desastre reciente y los planes para garantizar su seguridad y recuperación.
  • Aliente a sus hijos a que expresen sus sentimientos.
  • Pase más tiempo con sus hijos; por ejemplo, a la hora de acostarlos.
  • Restablezca su rutina diaria para el trabajo, escuela, juegos, alimentos y descanso.
  • Asigne a los niños tareas específicas para que participen y sientan que están ayudando a que la vida familiar y comunitaria se restablezca.
  • Elogie y dé reconocimiento al comportamiento responsable.
  • Entienda que sus hijos tendrán toda una variedad de reacciones ante los desastres.
  • Aliente a sus hijos a participar en la actualización del plan familiar para desastres.
Si ha tratado de crear un ambiente tranquilizador, según las indicaciones anteriores, pero su hijo continúa muy tenso, o si las reacciones empeoran con el tiempoo afectan el comportamiento diario en la escuela, el hogar o con otras relaciones, tal vez convenga consultar a un profesional. Puede conseguir ayuda profesional delmédico de cabecera del niño, un proveedor de salud mental especializado en las necesidades de los niños o un clérigo.

Supervise y limite la exposición de su familia a los medios de comunicación

La cobertura noticiosa relacionada con un desastre puede suscitar temor y confusión y despertar angustia en los niños. Esto es especialmente válido en desastres a gran escala o ataques terroristas que provocan muchas pérdidas materiales y de vidas humanas. Especialmente con los niños pequeños, las imágenes repetitivas de un suceso pueden hacer que ellos crean que el suceso se repite una y otra vez.
Si los padres permiten que los niños vean la televisión o usen el Internet, donde aparecen imágenes o noticias sobre el desastre, los padres deben acompañarlos para estimular la comunicación y dar explicaciones. Esto puede incluir que los padres supervisen y limiten como consideren conveniente su propia exposición a la información que provoca angustia.

Use grupos de apoyo

Los padres ayudan a sus hijos cuando adoptan medidas para entender y manejar sus propios sentimientos y maneras de enfrentar la situación. Para hacerlo, deben crear y usar los sistemas de apoyo social de la familia, amigos, organizaciones y agencias comunitarias, instituciones religiosas u otros recursos que sean de utilidad para la familia. 

Los padres pueden crear sus propios sistemas de apoyo social únicos para que en caso de emergencia o cuando ocurra un desastre puedan recibir apoyo y ayuda para manejar sus reacciones. Como resultado, los padres podrán dedicarse más a sus hijos y estarán mejor capacitados para apoyarlos. Casi siempre, los padres son la mejor fuente de apoyo para sus hijos en épocas difíciles. Pero para apoyarlos, los padres necesitan atender sus propias necesidades y contar con un plan de respaldo.

La preparación para un desastre ayuda a todos los miembros de la familia a aceptar el hecho de que los desastres ocurren, y brinda una oportunidad para identificar y recopilar los recursos necesarios para satisfacer las necesidades básicas después del desastre. La preparación ayuda; cuando la gente se siente preparada, enfrenta mejor los problemas,igual que los niños


bibliografia:


crisis (psicologico)



Crisis Psicológica
En diferentes circunstanciasde la vida, todos los seres humanos pasamos por momentos críticos donde parecen confluir los problemas y podemos llegar a sentirnos incapaces de solucionarlos. Puede ser producto de una serie de sucesos que llevan a enfrentar un estado de crisis emotiva, la cual, si no es resuelta adecuadamente, conlleva diversos riesgos, no solo de padecer graves problemas psicológicos sino que en ocasiones amenazan la estabilidad hasta generar desesperanza e ideación suicida. La intervención va desde los Primeros Auxilios Psicológicos, que pueden resultar tan importantes como la de un paramédico cuando procede a detener una hemorragia arterial y deja a posteriori, un tratamiento de recuperación de hemoglobina. Pero siempre debe oriemntarse al paciente a resolver sus problemas de fondo mediante un proceso terapeutico e incluso, cuando son creyentes en Dios, con la asesoría espiritual de un sacerdote.
Una crisis es un estado temporal de trastorno y desorganización, caracterizado básicamente por una incapacidad del sujeto para manejar (emocional y conceptualmente) situaciones particulares, utilizando métodos acostumbrados para la solución de problemas que le llevaban a lograr resultados importantes..
Una persona que atraviesa por un estado de crisis se encuentra en una etapa vitalmente clave para continuar el curso de su vida. No importa qué tipo de crisis sea, el evento es emocionalmente significativo e implica un cambio radical en su existencia. El individuo enfrenta un problema ante el cual sus recursos de adaptación, así como sus mecanismos de defensa usuales no funcionan. El problema rebasa sus capacidades de resolución y por lo mismo se encuentra en franco desequilibrio. Como resultado de todo esto la persona experimenta una mayor tensión y ansiedad, lo cual la inhabilita aún más para encontrar una solución.
La intervención llevada a cabo por profesionales de la Salud Mental, puede ofrecer una ayuda inmediata para aquellas personas que atraviesan por una crisis y necesitan restablecer su equilibrio emocional.
Se trata, generalmente, de una terapia breve cuyo principal objetivo es dar apoyo ayudando a la persona en el preciso momento en que ésta lo requiere o solicita.



Clasificación de trastornos mentales CIE-10






F61 Trastornos mixtos y otros trastornos de la personalidad


F62 Transformación persistente de la personalidad no atribuible a lesión o enfermedad cerebral
F62.0 Transformación persistente de la personalidad tras experiencia catastrófica

F61.02 Trastornos mixtos de la personalidad, con características de varios de los trastornos de F60.- pero sin un grupo de síntomas predominantes que permitan un diagnóstico más específico.

F61.12 Variaciones problemáticas de la personalidad, no clasificables en F60.- o F62.- y considerados como secundarios a un diagnóstico principal de un trastorno del humor (afectivo) o de ansiedad coexistente.
Excluye: Acentuación de rasgos de la personalidad (Z73.1).

Incluye anomalías de la personalidad y del comportamiento en la edad adulta que, como consecuencia de catástrofes o exposiciones prolongadas a estrés excesivos, o de haber padecido enfermedades psiquiátricas graves, se han presentado en personas que previamente no habían puesto de manifiesto trastornos de la personalidad. Los diagnósticos incluidos en este apartado sólo deben hacerse cuando haya una clara evidencia de un cambio definido y duradero del modo como el enfermo percibe, se relaciona o piensa sobre el entorno y de sí mismo. La transformación de la personalidad debe ser significativa y acompañarse de un comportamiento rígido y desadaptativo, que no estaba presente antes de la experiencia patógena. La alteración no debe ser una manifestación de otro trastorno mental o un síntoma residual de cualquier trastorno mental previo. Estas transformaciones o cambios de la personalidad duraderos suelen presentarse después de experiencias traumáticas de una intensidad extraordinaria, aunque también pueden hacerlo como consecuencia de un trastorno mental grave prolongado o recurrente. Puede ser difícil la diferenciación entre los rasgos de personalidad adquiridos y el desenmascaramiento o exacerbación de un trastorno de la personalidad tras una situación estresante, de una tensión mantenida o de una experiencia psicótica. Las transformaciones duraderas de la personalidad deberán ser diagnosticadas únicamente cuando el cambio constituya una manera de ser permanente y diferente, cuya etiología pueda referirse a una experiencia profunda y existencialmente extrema.

Excluye: Trastornos mentales y del comportamiento debidos a enfermedad, lesión o disfunción cerebral (F07.-).


Transformación persistente de la personalidad que puede aparecer tras la experiencia de una situación estresante catastrófica. El estrés debe ser tan extremo como para que no se requiera tener en cuenta la vulnerabilidad personal para explicar el profundo efecto sobre la personalidad. Son ejemplos típicos: experiencias en campos de concentración, torturas, desastres y exposición prolongada a situaciones amenazantes para la vida (por ejemplo, secuestro, cautiverio prolongado con la posibilidad inminente de ser asesinado). Puede preceder a este tipo de transformación de la personalidad un trastorno de estrés post-traumático (F43.1). Estos casos pueden ser considerados como estados crónicos o como secuelas irreversibles de aquel trastorno. No obstante, en otros casos, una alteración persistente de la personalidad que reúne las características que a continuación se mencionan, puede aparecer sin que haya una fase intermedia de un trastorno de estrés post-traumático manifiesto. Sin embargo, las transformaciones duraderas de la personalidad después de una breve exposición a una experiencia amenazante para la vida como puede ser un accidente de tráfico, no deben ser incluidas en esta categoría puesto que las investigaciones recientes indican que este tipo de evolución depende de una vulnerabilidad psicológica preexistente.




F62 Transformacion persistente de la personalidad no atribuible a lesion o enfermedad cerebral
F62.0Transformacion persistente de la personalidad tras experiencia catastrofica.
F62.1Transformacion persistente de la personalidad tras enfermedad psiquiatrica.
F62.8Otras transformaciones persistentes de la personalidad.
F62.9Transformacion persistente de la personalidad sin especificacion.


F62.0 Transformacion persistente de la personalidad tras experiencia catastrofica

Transformacion persistente de la personalidad que puede aparecer tras la experiencia de una situacion estresante catastrofica. El estres debe ser tan extremo como para que no se requiera tener en cuenta la vulnerabilidad personal para explicar el profundo efecto sobre la personalidad. Son ejemplos tipicos: experiencias en campos de concentracion, torturas, desastres y exposicion prolongada a situaciones amenazantes para la vida (por ejemplo, secuestro, cautiverio prolongado con la posibilidad inminente de ser asesinado). Puede preceder a este tipo de transformacion de la personalidad un trastorno de estres post-traumatico (F43.1). Estos casos pueden ser considerados como estados cronicos o como secuelas irreversibles de aquel trastorno. No obstante, en otros casos, una alteracion persistente de la personalidad que reune las caracteristicas que a continuacion se mencionan, puede aparecer sin que haya una fase intermedia de un trastorno de estres post-traumatico manifiesto. Sin embargo, las transformaciones duraderas de la personalidad despues de una breve exposicion a una experiencia amenazante para la vida como puede ser un accidente de trafico, no deben ser incluidas en esta categoria puesto que las investigaciones recientes indican que este tipo de evolucion depende de una vulnerabilidad psicologica preexistente. Pautas para el diagnostico La transformacion de la personalidad debe ser persistente y manifestarse como rasgos rigidos y desadaptativos que llevan a un deterioro de las relaciones personales y de la actividad social y laboral. Por lo general, la transformacion de la personalidad debe ser confirmada por la informacion de un tercero. El diagnostico esencialmente se basa en la presencia de rasgos previamente ausentes como, por ejemplo:
a) Actitud permanente de desconfianza u hostilidad hacia el ) mundo.
b) Aislamiento social.
c) Sentimientos de vacio o desesperanza.
d) Sentimiento permanente de "estar al limite", como si se estuviera constantemente amenazado.
e) Vivencia de extrañeza de si mismo.
Esta transformacion de la personalidad debe haber estado presente por lo menos durante dos años y no debe poder ser atribuida a un trastorno de la personalidad preexistente o a un trastorno mental distinto del trastorno de estres post-traumatico (F43.1).
Incluye:
Tranformacion de la personalidad tras experiencias de campo de concentracion, desastres y catastrofes, cautiverio prolongado con peligro inminente de ser ejecutado, exposicion prolongada a situaciones amenazantes para la vida como ser victima de un acto terrorista o de torturas.
Excluye: Trastorno de estres post-traumatico (F43.1).

F62.1 Transformacion persistente de la personalidad tras enfermedad psiquiatrica

Transformacion de la personalidad atribuible a la experiencia traumatica de sufrir una enfermedad psiquiatrica grave. Los cambios no pueden ser explicados por un trastorno de personalidad previo y deben diferenciarse de la esquizofrenia residual y de otros estados de recuperacion incompleta de un trastorno mental previo.
Pautas para el diagnostico
La transformacion de la personalidad debe ser persistente y manifestarse como un modo rigido y desadaptativo de la manera de vivenciar y comportarse que llevan a un deterioro a largo plazo (personal, social o laboral), asi como a un malestar subjetivo. No debe estar presente un trastorno de personalidad preexistente que pueda explicar el cambio de la personalidad y el diagnostico no debe basarse en un sintoma residual de un trastorno mental previo. La transformacion de la personalidad tiene que haber surgido tras la recuperacion clinica de un trastorno mental que se debe haber vivenciado como extremadamente estresante y devastador para la imagen de si mismo. Las actitudes o reacciones de otras personas hacia el enfermo despues de la enfermedad son importantes para determinar y reforzar los niveles de estres percibidos por la persona. Este tipo de transformacion de la personalidad no puede ser comprendido totalmente sin tener en consideracion la experiencia emocional subjetiva y la personalidad previa, sus formas de adaptacion y sus factores de vulnerabilidad especificos.
Para poder hacer este diagnostico, la transformacion de la personalidad debe manifestarse por rasgos clinicos como los siguientes:
a) Excesiva dependencia y demandas de terceras personas.
b) Conviccion de estar cambiado o estigmatizado por la enfermedad precedente, lo que da lugar a una incapacidad para formar y mantener relaciones personales de confianza y a un aislamiento social.
c) Pasividad, reduccion de los intereses y de la participacion en entretenimientos.
d) Quejas constantes de estar enfermo que pueden acompañarse de demandas hipocondriacas y comportamiento de enfermedad.
e) Humor disforico o labil, no debido a un trastorno mental presente o previo con sintomas afectivos residuales.
f) Deterioro significativo del rendimiento social y ocupacional.
Las manifestaciones arriba señaladas deben haber estado presentes durante un periodo de por lo menos dos años. La transformacion no puede ser atribuida a una enfermedad o lesion cerebral importante. Un diagnostico previo de esquizofrenia no excluye el diagnostico.

F62.8 Otras transformaciones persistentes de la personalidad

Incluye: Trastorno de la personalidad persistente tras experiencias no mencionadas en F62.0 y F62.1, tales como el trastorno de la personalidad en el dolor cronico (psicosindrome algogeno) y transformacion persistente de la personalidad por duelo.

F62.9 Transformacion persistente de la personalidad sin especificacion









bibliografia:
http://www.humanet.com.co/enciclopedia/dic/crisis.htm

http://www.consejopsicologicoonline.com/cpo/profesionales/cie10/clasificacion/cie10-f60-f69/cie10-f62.html